Has pasado por malos tiempos, pero llegó el día en que aceptaste la realidad y tomaste la decisión de recuperar tu autoestima, de priorizar tu bienestar físico y mental y protegerte del narcisista.
La esencia de la espiritualidad es estar centrado en algo más profundo que tu mente. Esto comienza con la atención plena en general, y realmente comienza cuando dejas espacio para que surja tu centro.
Si puedes mantener los pies en la tierra con éxito y al mismo tiempo ser consciente de tu centro, obtendrás un punto de referencia cuando los narcisistas intenten manipularte.
Cuando un narcisista te ridiculiza, te avergüenza o trata de manipularte y controlarte con sus palabras y su comportamiento, sentirás un sutil empujón que te desplaza de este centro. Esta incómoda sensación de que te quitan de tu centro es tu brújula y tu mayor aliado.
Cada día debes dedicar algo de tiempo a estar en soledad. Un narcisista hará todo lo que esté a su alcance para consumir tu realidad y confundir tus pensamientos y emociones.
El tiempo solo, en total atención, te revelará claramente tu estado interior para que puedas entenderlo mientras te das espacio para respirar. Después de pasar un tiempo a solas contigo y recuperar tu equilibrio, puedes usar esa mente despejada para darte cuenta de cómo, poco a poco, fuiste cayendo en la manipulación.
Cuando un narcisista dirige la conversación hacia un territorio incómodo que te hace sentir mal contigo mismo o te atrapa en un bucle que acaba en discusión, aprende a llevar la conversación abruptamente a algo insustancial, a cualquier tema sin importancia.
Habla sobre un hecho aleatorio, sobre la última noticia que escuchaste en la tele; pregúntale qué ha sido de ese amigo en común; dile que te gusta su camisa o su vestido.
La manipulación narcisista conlleva un cierto impulso y tener una actitud de desinterés es una forma poderosa de cortocircuitar los efectos.
La rabia y la ira reprimida es como una olla a presión. La ira también puede ser el origen para el establecimiento de límites. Solo necesitas un poco para que el narcisista sienta que hablas en serio. Así que mira la ira como algo que tiene su lado positivo.
Se consciente de ello en tu cuerpo y permítete sentirlo. Explóralo y dale espacio para deambular en un contexto que puedas gestionar, es decir, en soledad, en terapia, etc.
Si puede hacerte sentir la suficiente vergüenza, puede atraparte en una jaula psicológica en la que te sientes inferior y vulnerable.
Se consciente de ello, recuerda las veces que te hizo sentir así e interioriza cómo sucede. Los ataques de vergüenza tóxica son experiencias horribles y es posible que necesites la ayuda de un terapeuta para enfrentarlos.
Sin embargo, si puedes aprender a estar con su vergüenza como algo que te han colocado pero que no es tuyo, puedes liberarla de tu psique y restaurar la autoestima. Una vez que hayas progresado lo suficiente, el ridículo y los ataques verbales del narcisista perderán gran parte de su fuerza.
Este trastorno es el resultado del abuso constante durante largos períodos de tiempo. Esto te deja en un estado hipervigilante que te debilita y te mantiene atrapado en una jaula psicológica.
Al enfrentar y liberar tu trauma, el cuerpo comenzará a permitir que circule el miedo de manera saludable y podrás enfrentar lo desconocido con una energía antes inimaginable.
Además de la terapia con un profesional, el estiramiento, el trabajo de respiración, el yoga, la danza, etc., son todas excelentes terapias para curar el TPEPT.
Aprende nuevas habilidades, traspasa tus límites habituales, adopta el liderazgo en determinadas situaciones en las que antes participabas y, lo más importante, aprende a ver el fracaso como un trampolín hacia el crecimiento.
Es un juego psicológico que convence a los objetivos de que crean que son inferiores y que no valen nada, usan la vergüenza contra ellos cuando son demasiado vulnerables para resistir.
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Cuando te despiertes cada mañana, medita durante 10 a 20 minutos y concentra tu atención en las partes más oscuras e inquietantes de ti mismo. Esta práctica te dará una mayor consciencia sobre tus inseguridades y miedos y hará que sea más difícil para los narcisistas explotarte.
Años de abuso permanecen en nuestra mente, cuerpo y espíritu durante toda la vida. Se desarrollan patrones que están más allá de nuestro control y luchar por recuperar el control de nuestro verdadero yo es un trabajo duro. Vas a tener altibajos con frecuencia. Perdónate, da un paso atrás y vuelve a intentarlo.
¡La mejor de las suertes en este camino de superación que nos ha tocado vivir!