Para aprender a reconocer a un narcisista encubierto debemos aprender a mirar debajo de las apariencias. Para empezar, un narcisista encubierto es un ser muy vulnerable. En ellos hay una dualidad: por un lado, su verdadero ser que está herido y el ser que muestran en sociedad.
Mostrarse vulnerables es insoportable para ellos, y el acontecimiento más pequeño con el que se sientan heridos les hace sentir expuesta su fragilidad. Por esta razón, mantienen una personalidad cuidadosamente equilibrada cuyo propósito es obtener un suministro narcisista que los mantenga aislados del sufrimiento. Es aquí donde vemos el clásico comportamiento loco del narcisismo encubierto.
El narcisista encubierto tiene como objetivo mantener el control sobre los demás mientras mantiene a su suministro ajeno al hecho.
En el día a día, interactuamos con los demás tratando de seguir la regla de tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Esto requiere la capacidad de ver a los demás como iguales, respetar sus límites y ser consciente de sus sentimientos. El narcisista encubierto, en su intento de mantenerte involucrado mientras ellos permanecen a salvo, constantemente se saltará esta regla, es decir, no faltan el respeto ni maltratan descaradamente a las personas, sino que lo hacen utilizando un de manera velada.
En la superficie, una interacción con un narcisista encubierto parece tan normal como cualquier otra. Sin embargo, algo más se está comunicando a nivel inconsciente. Por ejemplo, alguien podría decirte: ¡Qué curioso vestido llevas!. A fin de cuentas, parece una declaración neutral, posiblemente incluso agradable. Sin embargo, leyendo entre líneas, es posible que te quedes preguntándote qué significa «curioso». También podría haberlo dicho con una leve sonrisa, que comunica subliminalmente un nivel de diversión. Y ya empiezas a cuestionarte si le pasa algo a tu vestido.
De repente te encuentras cuestionándote, y, sin darte cuenta, empiezas a sentirte cohibida. Y de forma natural, sin ser consciente de lo que está sucediendo, podrías preguntar: ¿Es curioso?, mientras esperas más información para entender bien qué quería decir. El narcisista encubierto en esta situación podría seguir sonriendo con suficiencia y simplemente negarse a dar más detalles.
El narcisista encubierto puede fingir que se preocupa por ti o hacer todo lo posible para mostrar que te apoya. Cuando consiguen que te cuestiones, te inhiben para acabar diciéndote lo que debes hacer, en lugar de ayudarte a encontrar una solución por ti misma.
Te recuerdan una cita que no has olvidado, o se encargan de una tarea que te propusiste. En todos estos casos, el acto superficial demuestra amor y apoyo. El mensaje subyacente, sin embargo, es que eres demasiado débil o incompetente para manejar la vida diaria por ti misma.
Cualquier signo de presión que experimentes en la vida viene acompañado de una mirada de lástima y preocupación, lo que le obliga a preguntarte qué podría estar mal en ti.
Enseguida podrás identificar a un narcisista encubierto cuando dentro de ti sientas lo siguiente:
La vergüenza es una emoción desagradable. Si es leve sentirás el típico dolor en el pecho y una pérdida energía. En su forma más potente, te desinfla físicamente: tu cabeza y tus hombros se hunden, tu cuerpo se arruga y te sientes una persona muy, muy pequeña.
La vergüenza te atrofia emocionalmente: tu cerebro se siente confuso y lento, te cuestionas todo, te desanimas, reprimes tus sentimientos y opiniones.
Es una emoción que reduce tu capacidad mental: te quedas en blanco y no puedes pensar ni proponer ideas.
Si notas que estas cosas te suceden cuando estás en presencia de una determinada persona, es muy posible que se trate de un narcisista encubierto que ha ido desgastando lentamente tu autoestima.
Te sientes atrapado psicológicamente. Un narcisista encubierto tiene unos monólogos interminables sobre sí mismos, sobre sus experiencias vitales, sobre todo lo que le sucede a diario, sobre… da igual, cualquier cosa es buena si les sirve para sentirse el centro del Universo. Todo gira entorno a ellos y lo tuyo importa una mierda, literal, todas tus cosas quedan relegadas a un segundo, tercer o cuarto plano.
Si tienes un sólido sentido de ti como persona, enseguida reconocerás la oscura sombra de la desesperación que te atrapa tan pronto como el narcisista encubierto se ponga a taladrarte con su perorata. Corta esa situación. Sal corriendo.
Debido a que los narcisistas encubiertos no pueden reclamar públicamente la superioridad como los narcisistas abiertos, recurren a ir manejando a los demás como títeres y a la manipulación oculta para demostrarlo.
Los narcisistas que se muestran abiertamente y que son fácilmente identificables apuntan a grandes objetivos de suministro narcisista para obtener reconocimiento y afirmación.
Los narcisistas encubiertos actúan de diferente manera, reciben pequeñas sacudidas con cada manipulación de otra persona que les sale bien.
Los narcisistas abiertos van a lo grande, los narcisistas encubiertos juegan a largo plazo.
Las pupilas del narcisista encubierto se contraen y dilatan de formas poco naturales, casi hipnotizándote. Debajo de la superficie, el narcisista encubierto te presta total atención (la pupila se dilata), lo que te hace sentir valorado.
A continuación, se desconectan en un momento aleatorio y las pupilas se contraen, a menudo cuando estás más comprometido y abierto a ellos detectas su pérdida de interés. Esto te cohibe y te desesperas por recuperar su favor.
Este juego de poder es sutil, pero extremadamente poderoso y le permite al narcisista mantenerte en una cuerda de equilibrio. Esta situación sienta las bases para toda la relación y con solo una mirada, pueden llevarte a un viaje entre la vergüenza, la duda, la certeza, la afirmación y todo lo un sinfín de altibajos emocionales.
Para reconocer al narcisista encubierto fíjate cómo presta atención a tus intereses, mencionará de vez en cuando que a ellos también les gustan esas cosas. ¿Te gusta el kitesurf? un día dicen que tenían una quedada con amigos para hacer kitesurf; ¿te gusta jugar un partido de tenis al salir del trabajo? Justo ayer jugó con sus amigos; y así un largo etcétera.
Estas pequeñas dosis de información simplemente se agregan a la conversación sin más detalles o muestras de entusiasmo, pero el objetivo es llegar a lo más profundo de ti, al lugar donde te preocupas y valoras la vida, el lugar donde más puedes ser influenciado y manipulado. Quiere hacerte ver que tenéis muchos puntos en común y que te impliques en su vida.
Un narcisista encubierto comenzará una conversación contigo y, justo cuando crece tu entusiasmo por un tema, de repente se desconectará. Son expertos en hacerte sentir en las nubes, feliz de todo lo que te está sucediendo y, cuando menos te lo esperas, te tira al suelo y te hace sentir miserable e infeliz. Es el eterno sube y baja de una montaña rusa sin fin.
Una vez que sientes que ha desaparecido, te vuelves una persona extremadamente cohibida y te alejas con una ardiente sensación de vergüenza.
Si no tienes cuidado, puedes internalizar esto y sentirte como una persona estúpida por consentir este tipo de situaciones, lo que a largo plazo puede dañar tu autoestima.
Te hará invitación tras invitación para hacer algo, incluso si no tiene interés en la actividad. Si dices que no, el narcisista encubierto permanece imperturbable y presentará otra opción más adelante.
La mayoría de estas actividades nunca se concretan, simplemente crean la ilusión de que estás cerca y que haréis cosas juntos.
El narcisista encubierto también pone a prueba tus límites: quiere saber si te has tomado en serio cada invitación; si le has dicho que no de manera educada o, por el contrario, ha sido una negativa rotunda; quiere saber si siempre dices que sí a todas sus invitaciones y descubrir si necesitas desesperadamente compañía. El narcisista encubierto analizará todas tus reacciones hasta conocer tus límites.
Sobre todo, es importante reconocer las manipulaciones del narcisista encubierto en la relación. Todos queremos creer en lo mejor de las personas y dar a nuestras relaciones que empiezan las mejores posibilidades de éxito. Sin embargo, al hacerlo, corremos el riesgo de permitir que el narcisista encubierto desgaste gradualmente nuestra autoestima y nos prepare gradualmente para que nos comportemos como ellos quieren.
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Lo que tenemos que tener claro es que el término encubierto existe porque el narcisista quiere dominarte sin que tú te des cuenta.
Como ser humano empático con una vergüenza saludable, intentas no juzgar a las personas demasiado pronto. Mientras tanto, el daño se está haciendo, y hasta que todo te golpea en la cara no te das cuenta. Haz caso a «eso» que sientes, ese algo que dentro den ti te dice que algo val mal. Si sientes que las cosas van mal, es porque probablemente lo están.