Algunas personas parecen invitar a los narcisistas a sus vidas. No es su intención, simplemente sucede. La relación encaja a la perfección.
Es posible que la persona que funciona como suministro del narcisista esté recreando la dinámica familiar con la que creció mientras era criado por un padre o madre narcisista. La otra razón, sin embargo, podría ser otra muy distinta: podría ser una persona empática.
Los empáticos son personas con unos rasgos muy característicos:
El mundo emocional de un empático es vibrante. Son artistas y soñadores. Inspiran a otros con su energía y su deseo de vivir. Además, anhelan el amor y la conexión más que otras personas. Debido a esta profunda necesidad de conexión emocional, sus límites suelen ser débiles. Es decir, su necesidad de conexión supera la necesidad de protegerse. Prosperan con la conexión y sufren cuando están aislados. Sus botones emocionales también son más fáciles de presionar que los no empáticos.
No todos los entornos pueden satisfacer las necesidades de los empáticos. Los empáticos, sobre todo, necesitan expresar su verdadero yo.
Tienen un deseo constante de experimentar la belleza que la vida tiene para ofrecer y de interactuar en profundidad con otros seres humanos.
Emocionalmente, funcionan con una frecuencia mucho más alta que otros, algo que no todo el mundo es capaz de entender.
Los empáticos, debido a su rico mundo emocional, ya son hipersensibles a las interrupciones en la conexión.
En muchas familias, especialmente las abusivas, se puede descuidar la necesidad del empático de ser creativo y entendido en profundidad. Y, peor aún, el empático puede sentirse avergonzado por ser tan sensible.
Estas necesidades insatisfechas, junto con la vergüenza por su sensibilidad, pueden dejar al empático con una baja autoestima y un deseo abrumador de amor.
Se necesita una comunicación constante y sintonizada de la otra persona para satisfacer el hambre del empático y mantener su equilibrio emocional. El empático no puede simplemente «dejarlo estar». El narcisista olerá esto como un tiburón huele sangre y se lanzará en picado.
La belleza interior y los límites débiles del empático los convierten en una mina de oro de suministro narcisista.
Los narcisistas saben cómo presionar botones emocionales y saben que los empáticos no pueden evitar responder. Además, el encanto del narcisista puede ser embriagador e irresistible para el empático.
La mayoría de las personas son tibias cuando no conocen a alguien, mientras que los narcisistas pueden estar muy atentos de inmediato. Para hacer que el empático se enamore de ellos, el narcisista reflejará y afirmará el lado emocional del empático. Empieza el love bombing por parte del narcisista.
El empático pensará que ha ganado el premio gordo, por fin encontró a alguien que puede manejar su intensidad, su sensibilidad. Es como una fuerza gravitacional que actúa contra su voluntad y nubla su juicio. Un empático y un narcisista juntos crean una tormenta perfecta.
Además, debido a su elevado sistema emocional, el empático se siente menos seguro en general, pues necesita estructuras firmes más que cualquier otra persona.
Aunque la situación rara vez es amenazante, incluso la más mínima irritación puede hacer que el empático sienta inestabilidad y miedo. Estas emociones de amenaza se sienten como sirenas de advertencia fuertes que pueden ser difíciles de ignorar. Es por esta razón que los empáticos gravitan hacia estructuras de pensamiento rígido sin pensar en las consecuencias.
Nadie tiene realmente todas las respuestas, por lo que una persona normal no podrá ofrecer al empático la seguridad que desea. Sin embargo, entra el narcisista con su fuerte (y falso) sentido de yo y confianza.
A medida que la relación crece, el empático se da cuenta lentamente de lo opresiva y manipuladora que es la conducta del narcisista, pero aún tolera el abuso en nombre de la seguridad que le proporciona.
Ahora queda más claro cómo una persona empática llegó a tomar una decisión equivocada y unió su vida al narcisista. Pero este no es el punto de la historia, pues no es que el empático huya del narcisista, sino que se deja atrapar en su red.
Pero, en cuanto el empático empieza a tener consciencia de la situación y consigue alejarse de la relación opresiva en la que se ha visto atraído y envuelto, comienza a ver la luz y siente la necesidad de recuperar su vida. Esto requiere coraje, ya que hacerlo provoca un gran miedo, pánico e incertidumbre.
Fuera de las estructuras rígidas del narcisista manipulador, el empático finalmente tiene una opción de recuperar su vida, su libertad, de volver a ser feliz.
No veas la empatía como una maldición, sino como una fuerza poderosa. A medida que una persona empática consigue darse cuenta de su poder, el empático puede comenzar a dedicarse a su autocuidado, a su desarrollo como persona plena y feliz.
El abrumador deseo de una persona empática no es solo de amor, sino de expresión y búsqueda de la belleza. Necesita dar una gran parte de sí mismo al ámbito abstracto y minimizar las tareas analíticas tanto como sea humanamente posible.
A menudo, el empático tiene que superar el estigma social que se encuentra en torno a tener una naturaleza extremadamente sensible y artística. Consumir y crear arte contribuirá en gran medida a saciar esta sed que parece no tener fin. Los empáticos no necesitarán mirar muy lejos para ver qué tipo de arte pueden hacer, aquello que se les da especialmente bien, pues lo han sentido a menudo desde una edad temprana. Simplemente necesitan encontrar el momento para perseguir su arte, que solo puede venir desde adentro.
El siguiente paso en el camino de la recuperación será encontrar personas íntegras y cariñosas que ofrezcan al empático el apoyo que necesita; personas que puedan sentir tan profundamente como el empático y que puedan entender lo que sea que sienta el empático. Las estructuras rígidas simplemente no funcionarán.
El empático necesita un espacio donde pueda deambular, expresarse y sentirse aceptado. También deben estar en un entorno que no sea demasiado intrusivo o manipulador. Necesitan personas que respeten sus límites, les permitan funcionar con una alta frecuencia emocional y, finalmente, personas que les permitan tiempo para la soledad para recargarse cuando han ardido con demasiada intensidad.
También puede interesarte Superar relación con una persona narcisista
También puede interesarte Características de una persona narcisista
Al renunciar a las estructuras opresivas, el empático se encuentra con el desafío de establecer su propio marco de vida.
Es desafiante tener que gestionar de nuevo a solas tu propio camino profesional. Incluso también podría ser necesario dejar atrás a algunas personas que no pueden entender las decisiones del empático.
El empático tendrá que aprender a abrazar la confusión emocional interna y volverse hábil para manejar la complejidad de la vida. Necesitará encontrar personas que puedan apoyar la forma de vida que eligió, y no personas que sometan al empático a su propio dogma estricto y opresivo. Frente a la manipulación y el egoísmo, el empático debe estar alerta.
Un empático tiene dos opciones: dejar su puerta abierta y permitir que los ladrones narcisistas saqueen sus riquezas, o pueden tomar las riendas, dejando atrás la vergüenza de las expectativas y abrazando su verdadera naturaleza. Brillar con intensidad es para lo que nació.
Como empático, es especialmente crucial armarse de herramientas contra el abuso narcisista y comprender la dinámica de una relación con un narcisista.